Dormir lo suficiente, alimentarse bien, hacer ejercicio y controlar el estrés son componentes de una buena salud, pero centrarse en los cuatro a la vez mientras se gestionan muchas actividades puede parecer imposible.
Safia Debar, Licenciada en Medicina y Cirugía, especialista en exámenes médicos personalizados de Mayo Clinic Healthcare en Londres, explica que si se presta un poco más de atención a cualquiera de estas áreas se pueden mejorar las demás. «Hacer un cambio en cualquiera de estas, puede tener un gran impacto en su salud», afirma la doctora Debar.
Todo empieza en el cerebro, puede ser en un estado de «descanso, reparación y relajación», en el supuesto de que haya buena salud general, el cuerpo esté funcionando de manera óptima o el cerebro presente un estado de estrés, donde la principal preocupación del cuerpo sea enfrentar una o varias amenazas perceptibles y las demás necesidades físicas queden relegadas a un segundo plano, afirma.
«Nuestro cerebro no distingue. La percepción de amenaza y la amenaza real son iguales, por lo que una vez que se pulsa ese botón, se produce lo mismo», sostiene la especialista.
El estrés puede producir un impacto en el sueño, en la alimentación y en el ejercicio. Por ejemplo, cuando el cerebro está en un estado de estrés, piensa a corto plazo y se centra en sentirse mejor inmediatamente. Por eso es común tener antojos de alimentos grasos o con azúcar y no hacer el esfuerzo de ejercitarse cuando se está estresado: el cerebro le informa al cuerpo que necesita energía inmediata. El cerebro quiere sentirse mejor de inmediato, por lo que no pensará en hacer ejercicio para sentirse mejor después», destaca Debar.
Del mismo modo, el sueño, la alimentación y el ejercicio pueden afectar la forma en que manejamos el estrés. Las siguientes son preguntas clave que se debe hacer:
«¿Cómo es mi sueño?». Si no es bueno, tal vez esta es el área que merece su atención, irse a dormir más temprano o cambiar otro aspecto de su rutina de sueño.
«¿Cómo funciona mi intestino?». Si tiene problemas digestivos, puede ser útil mejorar su alimentación.
«¿Cómo es mi vida social?». Eso puede afectar el estado de ánimo.
«¿Siento que ciertas cosas me están estresando?». Por ejemplo, si revisar el correo electrónico antes de acostarse o inmediatamente después de despertarse le causa estrés, piense en cambiar esa parte de su rutina para mantener la calma.
«¿Qué tipo de ejercicio físico estoy haciendo?». Si la respuesta es no mucho, trate de encontrar maneras de incorporar más movimiento en su día.
«Ayudar al intestino o dormir mejor puede ser suficiente para usted. Esos son los elementos simples y básicos que pueden tener un gran impacto. Haga ciertas cosas con predisposición; realizar estos cambios en la salud puede hacernos sentir empoderados «, dice la doctora Debar.
«El problema no es que un médico diga que debemos perder peso, dormir y reducir el estrés. Cuando entendemos la base de la salud, ya no se trata de tener poco autocontrol, procrastinar o no tener disciplina; se trata de cómo incorporamos estas prácticas en nuestra vida «, puntualiza la especialista de Mayo Clinic.