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Dora Raudales: La Primera Hondureña en Conquistar el Everest

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Dora Raudales: La Primera Hondureña en Conquistar el Everest

Por Ana Cáceres

En un logro sin precedentes para Honduras, Dora Raudales, de 43 años, se ha convertido en la primera mujer hondureña en llegar a la cumbre del Monte Everest. En una entrevista exclusiva, Raudales compartió los momentos más destacados y desafiantes de su extraordinaria aventura.

Dora Raudales nació en Tegucigalpa, Honduras, y hace 18 años reside en Monterrey, México, junto a su esposo Allan Handal y sus tres hijos. En Monterrey, la pareja dirige un despacho de seguros.

Fue durante la pandemia cuando Raudales descubrió su pasión por el alpinismo, un interés que surgió cuando los gimnasios cerraron y ella y sus compañeros de CrossFit comenzaron a escalar montañas locales.

Esta majestuosa montaña no solo desafía por su altura imponente, sino también por sus extremas condiciones climáticas.

El Camino hacia el Everest

El interés de Raudales por el alpinismo no tardó en evolucionar hacia metas más ambiciosas. Después de escalar el Pico de Orizaba, la montaña más alta de México, decidió que su próximo desafío sería el Monte Everest.

«Me encanta subir de nivel en cada actividad que realizo», comentó. Con esta determinación, comenzó un riguroso programa de entrenamiento físico y mental.

El monte Everest posee una altitud de 8848,86 metros sobre el nivel del mar.

La Expedición 

El viaje de Raudales a Nepal comenzó el 3 de abril. El trekking (caminatas) hacia la cumbre del Everest empezó el 7 de abril, y tras más de 45 días de ardua travesía, regresó a Katmandú el 23 de mayo. La altura y las condiciones extremas del Everest presentaron desafíos únicos. «La altura hace de esta montaña un reto muy grande», explicó Raudales.

Uno de los momentos más críticos fue durante el descenso, donde la inclinación de la montaña y la fatiga acumulada hicieron que cada paso fuera peligroso. «Me repetía constantemente que lo había logrado y pensaba en mi familia celebrando. Pero bajar la montaña fue muy peligroso, tuve que vencer el temor y dar cada paso con mucha seguridad para no resbalar», relató.

El momento histórico cuando nuestra compatriota llegó al pico más alto del mundo.

Al alcanzar la cumbre, Raudales sintió una mezcla de incredulidad y alegría. «No lo podía creer cuando vi que ya había llegado y solo vino una frase a mi mente acompañada de una gran sonrisa: ¡llegué!», recordó emocionada. Como madre, el mensaje que desea transmitir a sus hijos es claro: «Todo lo que venga a nuestra mente que queramos alcanzar es posible si creemos y actuamos en pos de ese sueño o meta».

El regreso de Raudales no estuvo exento de complicaciones. En el campamento dos, sufrió de congelación en los dedos de los pies y en el rostro, lo que requirió una evacuación de emergencia en helicóptero y cinco días de hospitalización en Katmandú.

Actualmente, está en proceso de recuperación y deberá abstenerse de hacer ejercicio hasta sanar completamente.

Dora Raudales es la cuarta mujer centroamericana en haber conquistado la cumbre de Everest.

Próximos Desafíos

A pesar de los peligros y dificultades, Raudales considera que la experiencia ha sido una lección de poder mental y resiliencia. «El poder del pensamiento positivo es increíble. Cuando tienes resuelto en tu mente hacer algo y te mueves en pos de eso sin dudar, se cumple», afirmó.

Mirando hacia el futuro, Raudales tiene nuevas metas en el horizonte. Planea conquistar las Siete Cumbres, las montañas más altas de cada continente, y su próximo objetivo es el Denali en Alaska.

A las mujeres que desean perseguir sueños en campos dominados mayoritariamente por hombres, Raudales les envía un mensaje de empoderamiento: «No hay límites, lo que nos propongamos hacer lo podemos lograr. No es cuestión de competencia, es cuestión de actitud».

Dora Raudales no solo ha marcado un momento en la historia del alpinismo hondureño, sino que también ha demostrado el poder de la determinación y el apoyo familiar. Su éxito es un testimonio de que, con perseverancia y pensamiento positivo, los sueños más ambiciosos se pueden alcanzar.

Según datos tan solo 635 mujeres han logrado escalar el Everest en el mundo.