Crema de calabaza rostizada con jengibre y romero

El otoño tiene un sabor inconfundible: suave, especiado y profundamente reconfortante. En esos días en que el aire se vuelve fresco y el cuerpo pide abrigo, una crema de calabaza rostizada con jengibre y romero se convierte en el plato perfecto para reconectar con la calidez del hogar.

Su textura sedosa y su aroma a hierbas evocan tardes tranquilas, mantas suaves y mesas compartidas. Es una sopa sencilla, pero elegante, que reúne todo lo que amamos del otoño en un solo plato.

Crema de calabaza rostizada con jengibre y romero

Ingredientes (para 4 porciones)

  • 1 kg de calabaza (ayote o zapallo), pelada y cortada en cubos

  • 2 cucharadas de aceite de oliva

  • 1 cebolla pequeña, picada

  • 2 dientes de ajo, picados

  • 1 cucharadita de jengibre fresco rallado

  • 1 ramita de romero fresco (o ½ cucharadita seco)

  • 3 tazas de caldo de verduras o pollo

  • ½ taza de crema o leche de coco

  • Sal y pimienta al gusto

  • (Opcional) semillas de calabaza tostadas para decorar

Preparación

  1. Precalienta el horno a 200 °C (400 °F).

  2. Coloca los cubos de calabaza en una bandeja, rocíalos con aceite de oliva, sal y pimienta. Hornea por 25–30 minutos, hasta que estén dorados y suaves.

  3. En una olla, sofríe la cebolla, el ajo y el jengibre hasta que estén fragantes.

  4. Añade la calabaza rostizada, el romero y el caldo. Cocina por 10 minutos para integrar sabores.

  5. Retira el romero y licúa la mezcla hasta obtener una textura cremosa.

  6. Regresa a la olla, agrega la crema o leche de coco y calienta suavemente. Ajusta la sal y pimienta.

  7. Sirve caliente y decora con un chorrito de aceite de oliva y semillas de calabaza tostadas.

El toque de la temporada

Acompaña esta crema con pan artesanal o crutones de hierbas. Su sabor dulce y especiado es el recordatorio perfecto de que, a veces, el otoño cabe en una simple cucharada.

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