Este mousse helado de fresa es el postre ideal para el verano: ligero, aireado y con el dulzor natural de las fresas frescas. No necesita horno y se prepara en pocos pasos, lo que lo convierte en una opción práctica y deliciosa para cualquier ocasión.
Ingredientes (4-6 porciones)
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2 tazas de fresas frescas (lavadas y sin hojas)
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1 lata de leche condensada (aprox. 395 g)
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1 taza de crema de leche (bien fría)
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1 cucharada de jugo de limón
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1 sobre de gelatina sin sabor (7 g)
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3 cucharadas de agua caliente
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Fresas frescas y hojitas de menta para decorar (opcional)
Preparación
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Preparar la gelatina: Disuelve la gelatina sin sabor en el agua caliente, mezcla bien y deja enfriar un poco.
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Hacer el puré de fresas: Licúa las fresas junto con el jugo de limón hasta obtener un puré suave. Luego, agrégale la leche condensada y mezcla bien.
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Montar la crema: En otro bol, bate la crema de leche fría hasta que esté semimontada (es decir, espesa pero aún fluida).
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Integrar todo: Añade la gelatina disuelta a la mezcla de fresas y leche condensada, revolviendo bien. Luego, incorpora la crema batida con movimientos envolventes para que la mousse quede aireada.
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Congelar: Vierte la mezcla en copas individuales o en un molde grande y llévala al congelador por al menos 4 horas, o hasta que esté firme.
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Servir y disfrutar: Retira del congelador unos minutos antes de servir. Decora con fresas frescas y hojas de menta para darle un toque especial.
Consejo Extra
Si prefieres una versión más cremosa y menos helada, refrigérala en lugar de congelarla para obtener una mousse suave y ligera.
Este mousse helado de fresa es una explosión de frescura y sabor, perfecto para los días calurosos. ¡Pruébalo y disfruta de su textura y dulzura natural!