Han pasado 26 años desde que el fatídico huracán Mitch dejó destruida la capital hondureña al ser sacudida con fuerza por ese fenómeno de la naturaleza, el cual dejó como resultado cuantiosas pérdidas y una ciudad más vulnerable a los efectos de los eventos meteorológicos.
Esta catástrofe tuvo un impacto significativo en la gestión de riesgos en Centroamérica, ya que vino a impulsar la adopción de medidas para reducir la vulnerabilidad y el riesgo de desastres.
En el campo local, las autoridades de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC), que lidera el alcalde Jorge Aldana. se mantienen enfocados en la ejecución de proyectos para mitigar los impactos del cambio climático en barrios, colonias y aldeas en alto riesgo, especialmente en la temporada de lluvias, y hacer un municipio más resiliente.
A raíz del paso del huracán, se realizan acciones para gestionar los riesgos, porque ese fenómeno natural demostró la vulnerabilidad de las ciudades gemelas de Tegucigalpa y Comayagüela. Es por ello que las autoridades de la comuna, con apoyo financiero del pueblo y gobierno de Alemania, a través de su banco nacional de desarrollo KfW, de 80 puntos críticos identificados en el municipio han intervenido 40, con obras de mitigación para reducir los riesgos por inundaciones o deslizamientos de tierra.
Con el apoyo de la cooperación alemana, la comuna invierte 800 millones de lempiras en la ejecución de estos proyectos en sectores vulnerables de la capital. Este es el caso del sector Los Jucos del barrio Morazán, donde los vecinos han vivido en zozobra por más de 50 años porque cada año sus bienes eran afectados por las recurrentes inundaciones provocadas por la quebrada La Orejona.
Además, se ha intervenido el sector El Cerro de la colonia Altos de los Pinos, Japón, sector 5 de la Villa Nueva, San Buenaventura, Altos de San Francisco, Miramesí, y la construcción de dos albergues modelo en las colonias Betania y Las Brisas.
Actualmente, se han actualizado los mapas multiamenazas con el fin de identificar y seguir manteniendo con categorías las zonas vulnerables y así poder priorizar las intervenciones con obras de mitigación que ayudan a reducir el riesgo ante inundaciones y otras que estabilizan suelos.