Dicen que existen personas que nacieron para amarse. Y que cuándo lograr encontrarse, unen sus corazones y almas en amor perfecto.
Esto es lo que han experimentado Gabriela Ordóñez y Sergio Torres. Una pareja de esposos, que aunque son muy jóvenes, tienen mucho que enseñar sobre el amor y el matrimonio.
Para conocer un poco más sobre ellos, entrevistamos Gabriela, quien nos compartió hermosos detalles sobre cómo se enamoraron y la extraordinaria conexión que desarrollaron desde el momento que inició su relación hasta el día de hoy.
¿Cómo te conociste con Sergio?
Lo conocí gracias a Instagram; alguien publicó una historia de él y yo le di “follow” porque me gustó mucho su cuenta y lo multifacético que era. Me llamó la atención que era doctor, entrenador, que le gustaban los idiomas y los libros, así que me pareció una persona superinteresante.
Mi deseo fue que él me entrenara, ya que pensé que una persona con su inteligencia y con tan buen estilo de vida, me podía ayudar a cambiar mi físico de foma integral y podía aprender mucho de él.
Luego que lo empece a seguir, él me escribió, pero yo no le respondí. Pasaron como tres meses y luego comenzamos a platicar; me dijo que me iba a regalar uno de sus planes de entrenamiento, pero yo le dije que no, porque valoraba mucho su trabajo y mejor lo compré.
¿Cómo se enamoraron?
Éramos muy amigos, pero aún no nos conocíamos en persona. Yo sospechaba que estaba interesado en mí, pero no estaba segura. Una vez, él me dijo que deberíamos conocernos y propusimos reunirnos, por un momento casi no se logra porque cuando yo podía él tenía compromisos y cuando él estaba libre yo estaba ocupada; sin embargo, en una ocasión se decidió a dejar sus asuntos y venir a Comayagua, mi ciudad.
En esa visita, disfrutamos de un fin de semana increíble y luego nos hicimos novios. Lo que más encantó de Sergio, es que nunca se dirigió a mí de la forma en que la mayoría de los hombres lo hacian, diciendo por ejemplo que soy bonita, si no que lo hizo con mucho respeto.
¿Cómo fue la etapa de novios?
La primera etapa de enamorados fue espectacular. Experimentamos una conexión increíble que nosotros llamamos “cósmica”, porque conectamos nuestras almas y corazones. Pude ver en él, un espejo de lo que yo soy; descubrí en su ser, amor, transparencia, disciplina y muchos valores.
Fue como reconocer que éramos almas gemelas porque teníamos demasiado en común. La conexión fue física y espiritual, a un nivel muy profundo.
¿Cómo supiste que te querías casar con Sergio?
Una anécdota interesante es que, cuando aún éramos amigos, yo estaba en una reunión familiar y él me escribió para contarme sobre un proyecto que está haciendo. Su entusiasmo se podia sentir a través del mensaje.
Pensé en que él siempre estaba emocionado, siempre estaba feliz y siempre estaba haciendo cosas, y yo dije: yo me caso con un hombre así, literal.
Entonces mi hermana se acercó para pedirme algo y le dije: ahorita no me hables porque voy a hablar con mi futuro esposo. Supe allí que me quería casar con él.
¿Ahora que están casados que es lo que más les gusta hacer juntos?
Nos encanta leer juntos y me encanta que él me lea. Por lo general durante el día yo escucho audio libros y en la noche él me lee e intercámbianos conocimientos de lo que aprendimos.
Siempre en la mañana leemos partes de la Biblia y luego las analizamos. De cada contenido que leemos, intercambiamos opiniones y experiencias.
¿Cómo definirías tu relación de esposos?
Mi relación la definiría como uno de los mejores aprendizajes de vida. Con Sergio he podido mejorar muchísimo, en todo sentido. Se podría decir que ahora soy una persona más empatía, más amorosa, más abierta. Si antes me consideraba buena persona, ahora siento que soy mejor.
Definitivamente, aunque son un matrimonio joven, hay mucho que aprender de ustedes. ¿A tu criterio cuáles son las claves para tener un matrimonio exitoso?
La clave para tener un matrimonio exitoso es casarte completamente convencido de que quién escogiste para formar un hogar, es la persona indicada para vos. Creo que hay muchísima gente casándose por las razones incorrectas y sin tener en su corazón la seguridad de que esa persona es la ideal para ellos; desde mi punto se vista ese es el primer indicio hacía el fracaso.
La persona que eliges, debe llenarte en todos los sentidos. Pero también debes reconocer que nadie es perfecto y que cada uno tiene debilidades y fortalezas. Con Sergio estamos seguros de cuáles son las fortalezas y debilidades de cada uno. Lo hermoso es que, en lo que él es débil, yo soy fuerte y viceversa.
También hay que procurar hacer un equipo en donde los dos se permitan crecer; el matrimonio es para estar juntos, y en este sentido considero que las parejas deben esforzarse por hacer todo juntos y encontrar placer en tener metas y proyectos en común.
Muchos se separan por tener intereses diferentes y porque cada uno quiere hacer las cosas por su lado, pero eso no es la esencia del matrimonio.
¿Hablando de hijos, les gustaría ser padres?
Nuestros hijos ya tienen nombres; frecuentemente nos imaginamos cómo van a ser, que cosas van a preguntar y a veces hasta lloramos con solo pensar en cómo sería nuestra vida, cuando ellos existan. Así que la respuesta es: si queremos hijos.
¿Finalmente, que planes tienen a futuro como pareja?
Cómo pareja siempre hay un plan diario, y cada día nos ponemos una meta diferente.
Yo creía que la etapa más bonita de nuestra relación iba a ser el noviazgo y luego pensé que el inicio del matrimonio, pero resulta que todos los días son maravillosos porque a diario aprendemos el uno del otro.
Siento que estamos en un constante despertar espiritual, porque cada vez necesitamos menos y tenemos más para dar y eso es genial.
El plan es seguir cultivando un corazón desprendido, un amor que no se aferre a los bienes materiales, un amor que no dependa y no condicione.
Igualmente, seguir aferrados al amor de Dios y darnos esa calidad de amor, ya que él dio a su hijo por nosotros como el ejemplo más bello de amor. Esa es la clase de amor a la que debemos aspirar, un amor sin barreras.
Siento que ambos estamos en un momento muy bonito en donde experimentamos abundancia plena. Somos felices con los atardeceres, con cosas pequeñas. El propósito es seguir desprendiéndonos de lo material, para cultivar lo espiritual y el amor.