Es importante mantener la comida a salvo, sean las sobras del almuerzo o los preparativos para una comida con familiares y amigos.
La intoxicación alimentaria, también conocida como enfermedad por los alimentos, es producto de la contaminación de los alimentos por microbios, como bacterias.
Dado que las bacterias no suelen cambiar el sabor, ni el olor ni la apariencia de la comida, tampoco se puede saber si es peligroso comer algo. Por ello, en caso de duda, deseche el alimento.
Afortunadamente, la mayoría de los casos de intoxicación alimentaria pueden prevenirse con el manejo y la cocción adecuada de los alimentos.
Katherine Zeratsky, Nutricionista diplomada de Mayo Clinic de Rochester, recomienda poner en práctica las siguientes reglas de seguridad alimentaria:
- Refrigere pronto todo alimento perecible, como carnes, aves, pescado, huevos y productos lácteos.
- No deje que la comida pase más de dos horas a temperatura ambiente, o más de una hora a temperaturas por encima de 32 °C (90 °F).
- La comida cruda, como las ensaladas frías o los sándwiches, también deben comerse o refrigerarse pronto.
- El fin es reducir el tiempo que un alimento pasa en la «zona de peligro», que es de 4,5 °C (40 °F) a 60 °C (140 °F) y cuando las bacterias se desarrollan de manera rápida.
Si va de picnic o prepara una parrillada, haga lo siguiente:
Mantenga la comida fría dentro de una nevera portátil con hielo o bolsas de gel congelado hasta el momento de servir.
A fin de conservar la calidad de la comida y mantenerla segura, coloque el recipiente o el plato con comida fría sobre una cama de hielo o dentro de un tazón con hielo.
Tenga otra nevera portátil aparte para las bebidas, porque esa se abrirá con más frecuencia y la temperatura puede cambiar.
Aunque no debe usar una olla de cocción lenta para recalentar la comida, sí puede usarla para mantener la temperatura de la comida que ya está caliente.
Mantenga los alimentos a una temperatura mínima de 60 °C (140 °F), que generalmente corresponde a la configuración de temperatura baja. Sugerencia: esta opción es buena cuando hay que alimentar a un grupo grande y es preciso mantener calientes las hamburguesas o la carne después de asadas.
Las sobras de comida se pueden guardar en el refrigerador por tres o cuatro días máximo. Después de ese tiempo, el riesgo de intoxicación alimentaria aumenta. Si no cree que podrá consumir las sobras dentro de los siguientes cuatro días, entonces, congélelas de inmediato.
Cuando sea el momento de comer las sobras, recaliéntelas en la estufa, en el horno tradicional o en un microondas hasta que alcancen una temperatura interna de 74 °C.